Lograr mi paz.

Lograr paz, mi paz, es un de las cosas que irónicamente más guerras y batallas me ha tocado pelear dentro de mí, para conseguir.

Es difícil describir exactamente a qué se refieren esas 3 letras...

Es acaso sentir que ya no necesitas nada ni a nadie habiendo estado antes apegada a ello?

Puede ser creo yo, entender que el apego negativo, fue dañino, no te lleva a ningún lugar y estás tan a gusto ahora que ya no deseas repetirlo.

Es estar en calma aunque la melancolía te sorprenda...

Saber que aunque también tienes espacio para alguien más en tu vida, sino llega ahora o nunca, te sientes tranquila.

Es aceptar, asimilar, entender sin drama y sin dolor que las cosas son como son y que aunque hagas muchos intentos por cambiarlas, no siempre será posible lograrlo y aún después de la confusión, la tristeza o la ira por no haberlo logrado, puedo seguir con la frente en alto sin autocompadecerme.

Lograr gritarle al ego que me deje en paz y que finalmente se calle.

Pedirle a la fortaleza que me acompañe y sentirme segura.

Evitar que la flojera, el desanimo, la depresión se apoderen constante o definitivamente de mi.

No ha sido rápido, ni fácil. Lograr paz también trae valorarte, independizarte.

Es también decir sí a cosas que antes ni te atrevías a pensar, porque ahora sabes que independientemente de cómo funcionen o resulten tomaras las consecuencias sencillamente como resultados no como victorias o fracasos que te definan.

Tener paz, no es resignarse, no significa acostumbrarse, es fluir y avanzar a tu ritmo y no el del mundo que te rodea.




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