Primero está la soledad

Y entonces navegando entre mis seguidos y seguidores de pronto descubres que hay alguien también como tú, como yo y como muchos más que hace click con esto del amor.

Con esto de descubrir pero con el amor  ¿qué pasa?
¿Es primero el huevo o la gallina?

Y es que se me olvida y me recuerda, que primero hay que reconciliarse con esa señora, llamada soledad, que a veces llega sin que nadie la llame, pero que te avisa que tiene que mostrarte algunas cosas que quizás no te van a gustar o que creías ya eran agua pasada para liberarte de alguna atadura y luego avanzar.

A veces vuelve para repetir y permitirte recordar lo majestuosa que eres en tu esencia, así cuando solo eres tú, contigo.

Lo que pasa es que, lo sé, no es sencillo, y a veces te asusta recordar lo que no te gusta de tí...

Hoy al encontrar este poema, recibo mi lección definitiva y principal: el recordatorio de que hace tiempo descubrí que antes del amor debemos estar en calma, porque el amor que esperas debería ser paz y así poder permitirte reconocerlo al llegar!

Siempre, primero es tu amor, hacía ti!

Gracias Universo, Gracias Vida!


"Primero está la soledad.
En las entrañas y en el centro del alma:
ésta es la esencia, el dato básico, la única certeza;
que solamente tu respiración te acompaña,
que siempre bailarás con tu sombra,
que esa tiniebla eres tú.

Tu corazón, ese froto perplejo, no tiene que agriarse
con tu sino solitario;
déjalo esperar sin esperanza
que el amor es un regalo que algún día llega por sí solo.
Pero primero está la soledad,
y tú estás solo,
tú estás solo con tu pecado original –contigo mismo–.
Acaso una noche, a las nueve,
aparece el amor y todo estalla y algo se ilumina dentro de ti,
y te vuelves otro, menos amargo, más dichoso;
pero no olvides, especialmente entonces,
cuando llegue el amor y te calcine,
que primero y siempre está tu soledad
y luego nada
y después, si ha de llegar, está el amor."

(Dario Jaramillo Agudelo)

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