Transito en mí
He transitado mucho en mi.
Empecé caminando sin sentido, con la intuición como guía, dejando que durante el camino, se atravesaran emociones que salpicaban con luces de bengala cada reacción.
Entonces, con euforia aceleraba el paso y me adelantaba hacia la primera puerta que encontraba para salir pronto de donde estaba y poner fin al recorrido, pero solo terminaba cada día exhausta y también frustrada, muchas veces sin entender, el porqué no aprendí, y tener que dar vueltas en círculos otra vez.
Pero no quería perder tiempo, debía seguir.
Y así, transité varios años dentro de mi, dándome porrazos, errando pasos, equivocando caminos, saltando obstáculos.
Conseguí espacios donde refugiarme, donde escampar la lluvia que se volvieron mis lágrimas, donde poder disfrutar la calidez de mis recuerdos y así, muchas veces logré dormir.
Anduve dentro de mi, buscando como acercar compañía porque me creía sola, también pérdida, pero lo peor sin saber cómo, cuándo, ni a donde ir.
Permití que me acompañaran algunas personas, a quienes hacía mis guías, en quienes confié pedirles que me tomaran de la mano, que me permitiera hallarme segura aún en medio del camino, pero a nadie se puede obligar a seguir tus pasos y mucho menos responsabilizarlos de cómo te puedes sentir.
Así es que sigo transitando en mí, aún sigo recorriendo mis caminos, me detengo, descanso, me pregunto, encuentro, porque ya no estoy sola, porque yo me tengo.
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